Capítulo
9
Después
de una semana que paso deje de sentir esa intensa molestia pero no me quedaban
ganas de volver a ver algo así. No quería presencia otra muerte, pero no podía
negar que al menos un mínimo porcentaje de mi ser quería volver a ese mundo tan
retorcido. Sentía que en casa no había nada que hacer, había un vacío enorme
que solo lo llenaba el aterrante mundo que me daba Milena y los suyos.
Al
menos este tiempo a solas me serviría para reponerme de lo vivido y pensar bien
que era lo que quería para mi vida y si ellas estaban en mis planes.
La
siguiente semana fue aburrida casi en su totalidad. El día lunes volví a pintar
como hacía de más joven, al menos el talento no se había ido y con un poco de práctica
podía mejorarlo. También otra vez escribí
cartas a mis padres que jamás entregaría. Ya se me estaban juntando dentro de
un cajón en mi pieza.
Necesitaba
desahogarme pero no tenía amigos con quien hacerlo, y aun si los tuviera, creo
que no sería capaz de contarles las cosas que había vivido y las conclusiones a
las que llegaba porque seguro creerían que yo estaba loco. A veces a modo de
broma lo comentaba con el recepcionista pero él no se creía una palabra de lo
que le decía aunque fuera cierto.
El
día martes dormí casi todo el día, estaba desganado y con pocas intenciones de
levantarme. Lo hice eventualmente, pero después de las cinco de la tarde. Me levante
y estuve en el living leyendo libros todo lo que quedo de día y parte de la
noche. Me mantuve despierto hasta las 6 de la mañana bebiendo café.
Día
miércoles también dormí mucho. Desperté a las 4 de la tarde y Salí a dar un
paseo al museo de bellas artes. Tenía intenciones de aprender o reconocer las
obras antiguas y nuevas que había. Necesitaba recrear la mente y rehacer mis días
porque tenía claro que ellas regresarían pero también me quería auto obligar a
no pensar en ellas. Después del museo me fui caminando al cerro san Cristóbal y
trate de recorrerlo lo más posible. Como andaba bien abrigado no me hizo
problema el que la noche me encontrara aun entre la naturaleza. Sabia como
evadir a los guardias de seguridad, además de que el lugar era amplio y
esconderse ahí es súper fácil.
Regrese
a casa como a las once con cincuenta y me tendí en la cama pero no dormí. Estaba
cansado y era lo que en cierta forma necesitaba. Ocupar mi día, mi mente en alguna
cosa. Me quede tendido en la cama mirando el techo por varios minutos. Luego me
pare a tomar algo de agua y a comer porque se me había abierto el apetito y tenia
deseos de comer mucho.
No
recuerdo a qué horas me dormí, solo recuerdo que de tanto comer y junto al
cansancio corporal, me dio mucho sueño y caí rendido en el sofá del living. Desperté
con el ruido del televisor que pasaba las noticias internacionales. Había soñado
que Lepanto al fin caía en manos de la ley y era juzgado públicamente como
vampiro, con los mismos castigos de la edad media.
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