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jueves, 7 de mayo de 2015

Cap 6 “presentaciones y temor”

Capítulo 6 “presentaciones y temor”

            Gabriel abrió la puerta de par en par, las puertas de entrada al gran comedor de reuniones. Allí había una larga mesa de diez ubicaciones por lado y dos sitiales en cada extremo destinados al señor y señora de la casa. Todo de hermoso diseño, las sillas de madera de roble con tallados que daban la sensación de tocar el mismo árbol. Los sitiales en sus patas tenían diseño de patas felinas para mostrar el poderío del señor de la casa, o al menos eso me pareció.

         La mesa estaba cubierta por un mantel color blanco invierno con un pequeño diseño de rosas rojas. Sobre esta había cubiertos de plata en cada lugar que iba a ser ocupado y copas altas de cristal que seguramente en ellas servirían vino. Todo tan ostentoso que me hacía sentir incomodo. Todo estaba perfectamente preparado para una muy seria reunión.

         Entramos y Gabriel se adelantó para movernos las sillas y permitirnos sentar; fue muy educado al hacerlo, como si alguien lo vigilara. Luego él se sentó a la izquierda de Caroline y de ahí nadie lo movió; solo espero en silencio y con cierto miedo en la mirada. Caroline sonrió al verlo  y luego reviso su teléfono y sonrió aun más.

-Querido cachorro ya están aquí.

         Ambos miraron la puerta por donde antes habíamos entrado; Caroline ansiosa y Gabriel con miedo. Yo mire con curiosidad porque no sabía nada del asunto de ellos. Imaginaba que por la puerta aparecería un enorme hombre de aspecto feroz junto a otros no muy diferentes,  todos junto a Milena.
         La puerta se abrió de par en par gracias al mayordomo apostado en ella. Hizo pasar al señor de la casa junto a milena y sus invitados indicándole sus lugares en la mesa.

         El primero de ellos, era un joven alto aun más que yo, usaba el cabello largo y liso, tomado en una coleta. Vestía un largo abrigo de cuero negro que traía abierto dejando ver así una camisa de seda gris. Además usaba unos pantalones de cuero negro ajustados a su cuerpo. Este sonreía feliz al entrar, pero cuando cruzo las miradas con Gabriel su semblante alegre cambió radicalmente a una seriedad impenetrable. Tras él le seguía una mujer de tés oscura de la misma estatura. Traía  puesto un hermoso vestido gris con líneas blancas verticales. Su cabello era corto y riso sujetado con una hermosa cinta blanca invierno. Llevaba puesta una blusa celeste con un escote que permitía ver parte de su enorme busto. Ella también sonreía al entrar como el joven, y así como el, ella también cruzo miradas con Gabriel y su semblante cambio drásticamente.
         Ambos se sentaron a la izquierda del señor y señora de la casa, pero no sin antes dar una respetuosa reverencia y un saludo cordial tanto a mí como a Caroline.
Luego entró Milena seguida de un hombre de unos aparentes treinta años. Usaba barba del tipo candado perfectamente rasurada; vestía un traje de dos piezas con una camisa de color crema adornada con una corbata plateada. Miré mis prendas y agradecí para mis adentros haber usado lo que me había dado Milena y no haberme negado a ello.

         Ambos ocuparon los lugares del señor y señora de la casa. Ya estábamos todos juntos, los que debíamos estar en la mesa, era momento de comenzar la velada. El mayordomo sirvió a todos un poco de vino pero yo no quise beber después de lo ocurrido con Gabriel. Luego me sirvieron solo a mí un plato con arroz con un trozo de carne al jugo. Comencé a comer y tanto Michael como sus invitados se quedaron mirándome.

-¿Te acuerdas de la última vez que comiste algo así Pri? [dijo el invitado]
-La verdad no lo recuerdo. Han pasado muchos años ya desde que probé comida normal [respondió ella sin interés]  
-Te doy a diez de mis criados si te comes al menos un plato como ese.
-Apenas tienes tres y todos te obedecen  ¿Acaso quieres una razón para pedirme un favor?     
-[luego interrumpió Michael]
Prima, Zucor, ya es suficiente de molestar a nuestro invitado. Mejor dejémosle que se alimente en paz, para que luego comencemos nuestros asuntos de esta noche.
Amigos míos, hijo querido, mi estimada Milena, doy por comenzada la velada de esta noche donde serán libres de acto y palabra.


Tanto Prima como Zucor intentaron levantarse de la mesa pero solo basto una mirada de Michael para que ellos retornaran a sus lugares....

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