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sábado, 21 de febrero de 2015

UN TESORO DE TODA UNA VIDA

Esta historia no es original mía....la recuerdo de hace ya algunos varios años en algún portal de esta inmensa red llamada internet-.....si saben quién es él o la autora favor de dejarlo como comentario para editar y ponerlo...
Vendría siendo como un tributo a la historia original.....
Nada mas de charla....los dejo con 
Un tesoro de toda una vida
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 UN TESORO DE TODA UNA VIDA


En una ciudad en donde reinaba la nieve, se encontraba una humilde familia que estaba formada por una madre y sus tres hijos; el mayor, Carlos de 30 años, un joven avaro con un gran interés por el dinero que lo llevo a triunfar en su vida. La hermana del medio, Maribel de 28 años, mujer sumisa, muy correcta en su forma de ser y entregada a su trabajo el cual era ser modista en su hogar. El hermano menor, Luis que se dedicaba a la mecánica automotriz en el taller que por herencia le había dejado su padre antes de morir. Y por último la madre que se dedicaba a los labores del hogar, pues no tenía trabajo y gracias a sus hijos, ella podía tener para comer y vestirse.

Un día decidieron los tres hermanos viajar para probar suerte fuera del país y poder progresar aun más y poder ayudar a su madre. Estuvieron fuera de casa cuatro años cada uno con sus labores correspondientes. Cada día 15 de cada mes los tres enviaban una carta a su madre con dinero para que no le faltara. El tiempo que estuvieron afuera su madre contrajo una grave enfermedad que la tuvo postrada en una cama durante meses. Con el dinero que sus hijos le enviaban ella se compraba mayoritariamente los medicamentos que necesitaba para no empeorar.

La madre, entre su enfermedad envió una carta a sus hijos mencionándoles lo mal que estaba.

La primera en llegar fue la hija del medio, Maribel, que se preocupo de la salud de su madre mientras trabaja en una tienda de moda que había montado cerca del lugar después que había llegado. 
Maribel estaba muy apenada por haber sido la única en volver con su madre, mientras sus hermanos trabajaban fuera del país. La madre y la hija estuvieron solas por una semana. 

El segundo que llego fue el hermano menor, Luis, que al ver el estado de su madre propuso llevarla al hospital de aquella ciudad. La hermana y la madre aceptaron gustosas y ambos llevaron a su madre a que se atendiera en el hospital. 
La madre estuvo interna en el hospital dos meses y la dieron de alta, y así se encargaron de ella sus hijos. 

Después de los dos meses pasados llego el hermano mayor, Carlos, que sorprendido por lo que le había pasado a su madre se echo a llorar a los pies de la cama donde estaba su madre. La madre lo miro y le dijo:
 “Carlos, no estés triste, pues hoy después de él estos cuatro eternos años, de nuevo los tengo de vuelta con migo a los tres”. 
Los tres la abrasaron y le dieron un beso cada uno en la mejilla. La hermana del medio, Maribel, le dijo a su madre: madre, ahora que es víspera de navidad podemos pasarla juntos como todas nuestras navidades cuando éramos pequeños, y para eso hoy he decidido traerte un presente para alegrar aun mas este día. 
Tomo su cartera y de esta saco una cajita de cristal que dentro traía algo y se la entrego a su madre. La madre la recibió muy feliz. Luego el hermano mayor se levanto y dijo: madre, yo no te he traído ningún presente pero como obsequio de navidad yo pagare todos tus medicamentos y gastos que necesites para el hospital para que tu salud este bien. 
La madre le pidió que se acercara y le dio un gran abrazo y le agradeció por el buen corazón que tenia para con su madre. 
Viendo esto el hermano menor miro a su madre muy tristemente y le dijo: madre, en esta navidad yo no tengo presente alguno para ti pero te prometo que desde hoy en adelante no te dejare mas sola, siempre tendrás mi compañía para cuando me necesites. 

La madre muy feliz miro a los tres y les dijo: ustedes salieron a buscar suerte fuera del país y regresaron a mi y eso es regalo más que suficiente para mí, pero ahora yo les tengo un presente a ustedes. En el sótano de la casa hay un baúl grande donde está su presente, como verán yo no sé los puedo entregar pues estoy postrada en esta cama.

Los tres hermanos bajaron al sótano de la casa y buscaron por todas partes pero no hallaron nada. Se reunieron en torno a una mesa que estaba cubierta por un mantel que llegaba al suelo. Tomaron los tres diferentes silla que había alrededor y se sentaron junto a la mesa. 
Carlos, el mayor dijo: nuestra madre nos ha mentido, la enfermedad que la postro en la cama la dejo demente, ya no sabe lo que dice, deberíamos parar la búsqueda y volver arriba con ella y contarle que no hallamos nada
Maribel, la hermana del medio, se paró de la silla indignada y dijo: todo este tiempo que pasamos fuera a ti te cambio tu forma de ser, primero que nada, como se te ocurre llamar demente a nuestra madre, parece que el viaje te quito el respeto a tu propia madre. Segundo, si ella dice que acá esta nuestro presente debe ser así, yo confío en nuestra madre. 
El hermano menor tratando de separarlos interviene: ¡basta de pelas entre hermanos! Y comencemos a buscar de nuevo, Maribel tiene razón, si la mama dice que acá esta nuestro presente, debe ser así. 
En ese momento el hermano mayor por su inquietud comienza a mover los pies y golpea algo duro bajo la mesa, levanta el mantel y grita contento ¡Encontré el baúl que la mama nos señalo! 
Tomo el baúl de uno de los extremos y lo jalo hasta que estuviese fuera de la mesa. Observo el baúl por todos lados y vio que este estaba serrado con un candado, comenzó a mover el baúl para sentir que había dentro de este. El baúl comenzó a sonar de manera que parecía como si tuviese muchas monedas dentro. Carlos pensó que estaba el baúl lleno de monedas así que busco algo para romper el candado y poder abrirlo.

En ese momento Maribel dice:
nuestra madre nos pidió que le lleváramos el baúl, no que lo abrieras tú ahora, no puede ser tanta tu avaricia. 
Carlos, ansioso y un poco enojado respondió: nuestra madre dijo que era un presente para nosotros así que como parte del presente es mío, tengo derecho a abrir el baúl. 
Se paró de la mesa y comenzó a buscar un diablo o un chuzo para romper el candado. Los otros dos hermanos lo intentaron detener pero no lo lograron pues Carlos era de cuerpo grande y muy pesado. Maribel se le tiro encima por la espalda y le intento ahogar pero Carlos con un poco de fuerza se saco a su hermana de encima. Luis se le tiro a los pies y con sus brazos se los intento cerrar para que cayera al suelo pero tampoco pudo pues Carlos con su fuerza hizo que le fuera imposible cerrarle las piernas y lo empujo con sus pies para hacerlo a un lado. Carlos encontró un chuzo y se dispuso a romper el candado.

Cuando ya había roto el candado llamo a los hermanos y les dijo:
este es nuestro presente. 
Maravillado abrió el baúl y su sorpresa fue que el baúl esta lleno de cristal roto y molido. Carlos, enojado por la sorpresa (ya que su sueño de miles de monedas se había ido al tacho de la basura), tomo el baúl y lo dio vuelta con una fuerza sorprendente. Cuando todo el cristal estuvo esparcido por el suelo, Luis miro dentro del baúl y encontró un sobre. Lo saco y abrió y dentro de este había una carta. Llamo a Carlos y a Maribel y les dijo: parece que este era el presente que nuestra madre nos había dejado y ahora se los voy a leer. Dicho esto continúo:

Queridos hijos,
Es cuarta navidad que paso sin ustedes y quizás no haya otra, pues me ha atacado una enfermedad que desconozco y me ha puesto muy mal en estos últimos meses. Es una enfermedad rara. El médico que me ha atendido dice que mis esperanzas son las mínimas y que quizás si no tengo pronto los medicamentos necesarios quizás mi muerte sea inevitable.
Los extraño mucho, quisiera que regresaran pronto pues los necesito hoy más que nunca, pues no me gustaría morir sin verlos por última vez.
A Maribel, tan hermosa hija mía, que aprendió el oficio de su madre de la costura y lo trasformo en su fuente laboral. Ojala que donde estés, todo lo que sabes de costura te sirva mucho. Me imagino que quizás puedes llagar a ser una gran diseñadora de modas o algo así. Estoy muy orgullosa de ti mi hermosa mujercita. Solo te deseo que donde sea que estés, te encuentres bien de salud y que seas muy feliz.
Luis, el mecánico de nuestra familia. Heredero del gran oficio de su padre y que aprendió muy rápido. A ti que te fascinaba jugar con tus autos a los mecánicos con tu padre. El era muy feliz junto a ti, y yo era muy feliz viéndolos a ambos. Quizás tu ahora tengas una empresa para crear los mas hermosos autos (y no se te olvide traer el mejor para tu madre, pues sueño con conducir un auto algún día), solo espero que ese oficio no te traiga problemas como se los daba a tu padre. Me siento muy orgullosa de que tengas el oficio que le gustaba a tu padre y que también te guste a ti. Espero que te este cuidando pues no me gustaría recibir la mala noticia que mi hijo Luis se esta enfermando y no se cuida si yo le enseñe a ser precavido ante las enfermedades. Solo te quería decir que te amo mucho y quiero que estés de vuelta.
Y como olvidar a mi gran hijo Carlos. El hombrecillo de la casa y protector de los bienes de la misma. Recuerdo que siempre por las mañanas salías a jugar a las bolitas con tus amigos y siempre llagabas a la hora de almuerzo con los bolsillos llenos de bolitas, luego te ibas a tu pieza y las contabas todas, y pobre del que te las tomara por que te convertías en un ogro enfurecido si solo faltaba una sola bolita, que lindos tiempos aquellos. Cuando entraste a la escuela mostraste gran interés por las matemáticas, el algebra y la geometría. Era el mejor en esas asignaturas. Después te preocupaste de mantener el dinero de nuestra familia, (gracias a ti en ese tiempo nada nos falto), hasta que decidiste partir igual que tu hermana y tu hermano. Me imagino que fuiste a laborar como contador o algo así, ya que era tu fascinación el dinero y manejarlo, tú eras un poco avaro, pero aun así yo te quiero mucho.
Ahora desearía tenerlos conmigo. Lloro noche tras noche por su ausencia. A veces le pido a dios que cuide de ustedes para que no les pase nada y lleguen sanos y salvos a casa con su madre. Pero creo que ya no los veré mas pues mi enfermedad empeora día tras día. Estos últimos días le he pedido al doctor que intente averiguar donde ustedes se encuentran pero siempre llega diciendo que es imposible hallarlos así que he perdido un poco las esperanzas de saber algo de ustedes (por favor regresen pronto).
Hijos míos si yo muero pronto, mi doctor les dirá donde ubicare esta carta. Si ustedes regresan pronto, yo misma se las entregare .mi ultimo deseo antes de morir es verlos a los tres junto a mi lado siendo la familia feliz que siempre fuimos.
Buenos hijos míos, me despido deseándoles felices navidades pasadas y una feliz navidad actual. Los amo a los tres por igual.


Cuando Luis dejo de leer, levanto la vista y vio como sus dos hermanos lloraban escuchando la lectura de la carta que les había dejado su madre. Luego Luis también se echo a llorar y abrazó a sus hermanos. 
Luego de esto regresaron a donde estaba su madre y para mala sorpresa de ellos, su madre estaba recostada en la cama de forma cómoda como si se hubiese alistado para morir. Maribel corrió hacia su madre, le pusi dos dedos en el cuello para sentirle el pulso, pero para su triste fortuna su madre ya estaba muerta. Se los hizo saber de inmediato a los hermanos los cuales se tiraron sobre su madre muerta y se echaron los tres a llorar. Maribel, que estaba abrazando a su madre vio que sobre le mueble que estaba al lado de la cama había una hojita con una nota que decía: “ahora que mis tres hijos han vuelto a mi puedo morir tranquila ya que se que aun me aman”. 
Maribel le leyó la nota a sus tristes hermanos y les dijo: nuestro regreso no impidió que nuestra madre muriera pero si le permitió ser feliz sus últimos días que era lo que más anhelaba. Ahora en su memoria deberíamos permanecer siempre juntos y nuestra casa, la cual tenemos desde pequeños.

Y así los tres hermanos se quedaron para siempre en su lugar de origen, su casa recordando a su amada madre.

Fin

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